Mis más sinceras disculpas si el título de la entrada puede
parecer ofensivo, pero por el contrario, intenta jugar con las opiniones de
aquél que no comparte estas visiones que a continuación desarrollo.
Con la apertura del año de la fe, se iniciaron una serie de
medidas por todo lo largo y ancho de nuestras zonas más cofrades, para dar un
impulso a esa llamita de fe, que dice el Santo Padre que se está perdiendo a
una velocidad sólo comparable a la del tráfico de datos de nuestros terminales
móviles.
Y es que, desde la misma Sevilla y cuna del sentimiento
semanasantero, su propia cúpula del estamento eclesiástico llamó a filas a las
cofradías, para celebrar una manifestación de fe a través de su imaginería
cristífera.
La curia encabezada por Monseñor Asenjo, si bien es
respetuosa con las hermandades y cofradías, no ha sido nunca demasiado amiga de
salidas extraordinarias, o celebración de cortejos porque sí; como debe ser.
Pero en cambio, ha usado el arma que más fieles cobija la religiosidad en
nuestras tierras.
No es ningún secreto que no vamos a misa tanto como le
gustaría al clero, y que la media de edad es bastante alta, centrándose en una
generación que, Dios la guarde mucho tiempo, va dejando cada vez más bancas
vacías delante de los altares.
Esta recarga de fe que se quiere dar en todo el mundo, aquí
la tenemos prendida de alguna manera a través de la religiosidad popular, ya
que cada vez se da más el caso contra natura, de personas que empiezan teniendo devoción o
arraigo a una cofradía o imagen, y van ingresando poco a poco en la vida activa
cristiana desde una juventud, que por sí sola, no las hubiera llevado a entrar
a la iglesia. Besamamos, besapiés, Via Crucis, Entierros Magnos, o adoraciones sacramentales, valen para
acercarnos a un templo o a una imagen, y hablar directamente con Dios.
En un extremo completamente opuesto, los no creyentes
Sevillanos presumen de vivir en la cuidad con más iglesias y más gente sin fe.
Lo cual hace aún más meritoso, que una gran mayoría sepa aún así decirte en que
iglesia está la cofradía de Santa Marta, y que día sale.
Y es que las grandes bazas vienen ahora.
Es incalculabe, y
quisiera recalcar esa palabra, el valor histórico-artístico del catálogo
patrimonial de la Semana Santa en España. Imágenes con cinco siglos de antigüedad,
pasos que reflejan un pasado artesano inigualable, escuelas escultóricas,
pictóricas y orfebres dejando un legado artístico para la posteridad. Muestras
de estilos góticos, o decimonónicos por ejemplo, que se seguirán estudiando en universidades
por años venideros.
Imagen de Anual. Fuente Wikipedia, Licencia GNU |
La tercera cuestión está si me lo permiten, intrincada un
poco más, a pie de calle.
El mundo cofrade, es en sí mismo, un motor inyector de la economía
regional, y nacional en España.
Si durante siglos como se ha comentado, se ha creado un
patrimonio acumulado por todo nuestro territorio, ha sido a base de las manos artesanas de trabajadores
repartidos por todas partes, que con sus obras contribuían al engrandecimiento
tanto de las hermandades, como de una industria que rodea a todo este mundillo.
A saber algunos ejemplos, escultores, tallistas y carpinteros, pintores,
floristas, orfebres, sastres, bordadores, cereros, costaleros asalariados,
periodistas, fotógrafos y más gremios, que han vivido y viven de ello, creando
continuidad en oficios que se hubieran deprimido aún más o incluso
desaparecido.
Hoy en día no es distinto, y ha llevado a la creación
incluso de recintos industriales especializados en esos aspectos.
El simple hecho de poner a una imagen en la calle en Semana
Santa o fuera de ella, conlleva una serie de gastos que dan de comer a familias
que en estas fechas lo agradecen más que nunca coincidiendo con cierta escasez
de mano artesana tradicional.
Mientras se cumpla el hecho de que una corporación ligada a
la iglesia cumpla con sus objetivos y obligaciones caritativas, que debe ser el
principal deber por encima de todo, nunca está de más ofrecer trabajo a un
sector especializado que vive directamente de eso, por no hablar del indirecto
en forma de turismo.
Esperanza de Triana, 1915. Fuente: wikipedia. Licencia CC |
Como informábamos en entradas anteriores, por ejemplo
Granada prevé una asistencia de 250.000 personas a su Magna Mariana del 25 de
Mayo, que comen en la cuidad, se hospedan, y generan más beneficios. La Semana
Santa, no es que yo me lo invente, está declarada en multitud de localidades
como bien de interés turístico y cultural. A través de desplazamientos
vacacionales, o simples viajes para contemplarla, se nutre de nuevo con
desembolsos de todo tipo.
Esto es de sobra conocido por la parte no creyente de
Sevilla por citarla nuevamente como ejemplo, que por eso la trata con los
mayores honores a pesar de no compartir credo. Y es que comer, hay que comer…
Haciendo un poco de resumen de esta infumable exposición de
ideas y letras juntas, si acerca la fe cristiana a las aceras de la gente que
va perdiendo la luz de su fe, deja un legado artístico a la posteridad, genera
carga de trabajo a los sectores artesanos, perpetúa oficios, ofrece ayuda a
través de sus proyectos caritativos, atrae al turismo dando, en definitiva
dinero a la sociedad, yo digo sí a la Semana Santa, y sí a la salida de pasos a
la calle con todo el respeto del mundo, sin ninguna imposición de creencias, y
pidiendo perdón por los cortes de tráfico que se generan.
J.R. para Arte Costalero