lunes, 2 de febrero de 2015

La Columna Crítica. Lío de Martillos

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Buenas y frías tardes.
Antes de nada no quisiera extenderme mucho pero quisiera dedicar unas líneas a todas aquellas personas que el pasado Sábado 24 de Enero, sacaron un poco de su tiempo libre para asistir a nuestra conferencia por el V aniversario de nuestra pagina Arte Costalero. Pusimos mucha ilusión en esta conferencia, y creo que no dejó indiferente a nadie, ni a invitados ni a ponentes. Posiblemente hicimos cosas que son mejorables, por supuesto, y os invitamos a que nos dejen un comentario expresando vuestra opinión acerca del acto.
Para finalizar, dar las gracias a todos, A TODOS!

Y bueno dicho esto entremos en materia, la que nos gusta, y hoy traemos un tema que a muchas hermandades las trae por la calle de la Amargura, y dicho tema no es otro que la elección de un capataz.
Normalmente la junta decide por el bien de su hermandad en nombrar a una persona para que sea los ojos de su cuadrilla, y los sepa guiar y mandar durante la preparación y la posterior salida en Semana Santa, hasta ahí todo bien.
El problema viene cuando en las hermandades hay un grupo de presión ( a mi parecer muy a tener en cuenta ) que son los costaleros, que muchas veces no están de acuerdo con la elección de dicho capataz. Todos nos sabemos de memoria la historia de que los costaleros no van a una hermandad a sacar un paso por una banda, o un capataz, o una voz, sino que van por El Señor, o su Divina Madre. El problema es que en realidad muchas hermandades tienen problemas a la hora de tener costaleros, y una de las soluciones es poner al frente a personas influyentes, bandas poderosas, o cualquier incentivo que haga al costalero sacar dicha cofradía. 
Cuando hay un capataz nuevo, siempre esperamos que la cuadrilla lo cuide y lo integre, aunque normalmente es bien conocido por todos.

Se están dando casos de capataces que tienen que dimitir debido a que los costaleros no lo quieren, ya sean por unas razones o por otras, que entra un capataz y dura un suspiro, o que entra en una hermandad y no tiene ese perfil que busca la hermandad, y a decir verdad creo que no todos los capataces tienen cualidades para manejar cualquier paso. 

Partiendo de la base de que yo soy un costalero raso, de los de abajo y en mi vida he cogido un martillo ( y espero que tarde muchos años en cogerlo ) y creo que al igual que todas las hermandades tienen su esencia, su estilo, ese estilo que no lo cambia una banda, ni muchos menos un capataz, pues al igual que esa hermandad tiene su propia esencia , cada capataz tiene su propia personalidad y su propia forma de mandar, que aburrido serian los ensayos con todos los capataces mandando igual!!

Nadie imaginaria a capataces como Emilio Ceballos al frente del Gran Poder, aunque tiene sabiduría para eso y más. 

A veces en las hermandades nos vemos poniendo capataces sin carisma, sin trato al costalero, simplemente “capataces maniquí” por amistad con la junta o por compromisos, y es ese tipo de decisiones son las que hacen que el costalero se moleste y pueda llegar en un momento crear una pequeña “rebelión en las trabajadoras” como estamos viendo en muchas hermandades de prestigio. 

Dicho esto os invito a todos a comentar que os parece esa presión que realizan sobre las juntas de gobiernos los costaleros, y que os parecen las elecciones de algunos capataces de sus respectivas cofradías.

Postdata: Al igual que no todo el mundo nace para ser costalero, no todo el mundo tiene capacidad para llevar un martillo. Saludos.


@Dieguis


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